¿Por qué los calabacines se ponen amarillos y se pudren?

Vale, te has currado un huerto que es la envidia de todo el vecindario. Pero de repente, te encuentras con que tus calabacines empiezan a ponerse amarillos y lo que es peor, a pudrirse. Y te preguntas, ¿qué está pasando aquí? No te preocupes, que no es brujería ni falta de cariño. Es bastante común y suele tener que ver con un par de cosillas que, una vez que las pillas, son pan comido.

Lo primero es echar un ojo a la humedad. Sí, a estos bichos les encanta el agua, pero todo tiene un límite. Luego, no pasemos por alto el tema de las enfermedades y las plagas. Son como los cacos para los calabacines, siempre al acecho. Y ojo, que la alimentación también cuenta; me refiero a los nutrientes del suelo, claro está. Que si no les das lo que necesitan, se ponen de morros y ahí tienes el lío montado.

Pero tranqui, vamos a desgranar todo esto con calma para que tus calabacines vuelvan a ser los reyes del mambo. Así que sigue leyendo y descubre cómo devolverles la vida y el verdor que se merecen.

Índice
  1. Riego adecuado para calabacines
  2. ¿Por qué no crecen los calabacines?

Riego adecuado para calabacines

Para que tus calabacines crezcan sanos y fuertes, la clave está en mantener el equilibrio en el riego. Estas plantas son bastante sedientas, pero tampoco les sienta bien el exceso de agua. Así que hay que regarlas regularmente, evitando que el suelo se seque completamente, pero sin que el agua se encharque, porque esto puede provocar que los calabacines se pongan amarillos y terminen pudriéndose.

La frecuencia del riego dependerá de varios factores como el clima, la etapa de crecimiento y el tipo de suelo. Por norma general, durante el verano y la floración, necesitarán agua con más frecuencia. Una buena práctica es regar profundamente unas dos o tres veces por semana, dependiendo del calor que haga. Vigila la humedad del suelo introduciendo un dedo; si sientes que a unos 2-3 cm de profundidad está seco, es hora de regar.

No caigas en el error de regar las hojas; es mejor dirigir el agua directamente al suelo, cerca de la base de la planta. Así se reduce el riesgo de enfermedades por hongos. El uso de un sistema de riego por goteo es ideal para esto. Además, si puedes, riega a primera hora de la mañana, que es el mejor momento porque permite que el agua se filtre antes de que el sol esté en su punto más alto y reduce la evaporación.

Recuerda, un riego equilibrado y consistente no solo evitará que tus calabacines se pongan amarillos y se pudran, sino que también promoverá un crecimiento saludable y una cosecha abundante.

¿Por qué no crecen los calabacines?

Cuando tus calabacines no crecen, suele haber varios culpables típicos. Primero, echa un vistazo a la polinización. Estas plantas tienen flores masculinas y femeninas, y si no hay suficiente acción de insectos polinizadores, o si te has pasado de entusiasta con los insecticidas, las flores femeninas no se polinizarán y los calabacines no crecerán. Además, en áreas con clima fresco o temperaturas nocturnas bajas, es posible que los polinizadores no estén tan activos.

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Otro tema es el riego. Estas plantas son bastante tragaldabas de agua, así que si no reciben suficiente, se estancarán. Pero cuidado, que el exceso tampoco es bueno. Un equilibrio es fundamental.

Y no olvidemos el suelo. Si no es lo suficientemente rico en nutrientes o si el drenaje es pobre, los calabacines no van a estar a gusto. Asegúrate de que el suelo esté bien abonado y que drene adecuadamente para evitar que se encharque.

A veces es cuestión de enfermedades o plagas. Si ves manchas, moho o bichitos rondando tus calabacines, es hora de actuar. Pero recuerda, siempre apostamos por soluciones lo más naturales posibles.

Por último, no subestimes el espaciamiento. Si tus calabacines están demasiado juntos, competirán por luz, agua y nutrientes, y eso no es bueno para nadie.

Si ajustas estos factores, verás cómo tus calabacines empiezan a crecer sanos y fuertes. Y recuerda, un poco de paciencia nunca viene mal. A veces solo necesitan un poco más de tiempo para mostrar todo su potencial.

Espero que ahora tengáis claro el rollo de los calabacines amarillos y su inclinación a pudrirse. Si cuidáis el riego, la circulación del aire y vigiláis las plagas, vuestros calabacines deberían crecer sanos y fuertes. ¡Mucho ánimo con vuestra huerta! Nos leemos pronto.

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