Por qué se le caen las hojas al ficus

Ah, el ficus, ese compañero verde que nos alegra la casa y nos hace sentir como si tuviéramos un pedacito de naturaleza con nosotros. Pero un día, empieza el drama: Las hojas comienzan a caerse y no sabes por qué. Antes de que cunda el pánico, es importante saber que esto es más común de lo que crees y que hay varias razones detrás de esta pérdida foliar.

Desde cambios bruscos de temperatura hasta un riego inadecuado, tu ficus puede estar mandándote señales de que algo no va bien. Y no te preocupes, que no necesitas ser un experto para entenderlas. Aquí vamos a hablar de esas señales y qué puedes hacer para remediarlo, porque, al fin y al cabo, queremos que tu ficus vuelva a ser ese oasis verde que tanto te gusta. Así que, ¡vamos al lío y descubre cómo cuidar de tu amigo verde!

Índice
  1. ¿Cómo saber si a mí ficus le falta agua?
  2. Fomenta el crecimiento de hojas en tu ficus

¿Cómo saber si a mí ficus le falta agua?

Cuando tu ficus empieza a quejarse por sed, te lo deja saber con algunos signos evidentes. Primero, échale un ojo a las hojas: si están mustias o se curvan hacia abajo, es como si te estuvieran diciendo "¡oye, un trago de agua por aquí!". Y no solo eso, si las tocas y las sientes secas y crujientes, pues ya está claro que tu planta está más seca que el humor de un lunes por la mañana.

La tierra también te chiva cosas. Si metes un dedo y está seca a unos centímetros de profundidad, ahí tienes otra pista. Además, si la tierra se despega de los bordes de la maceta, es que se ha encogido porque le falta humedad. A los ficus no les mola nada eso de estar en tierra reseca, quieren sentirse como en una selva, no en un desierto.

Pero cuidado, que no es plan de ahogar a la planta tampoco. Si ves que la tierra está un poco húmeda, espera un poco antes de ir a por la regadera. Los ficus son como Goldilocks, les gusta todo "ni mucho ni poco, sino todo lo contrario".

¿Y sabes qué más? El peso de la maceta también te da pistas. Si la levantas y pesa menos que un saco de plumas, pues ya te está diciendo que el agua brilla por su ausencia. A ver, que tampoco hace falta que te pongas a hacer pesas con ella, pero si notas que está ligera, pues ya sabes, toca regar.

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En fin, que hay que estar al loro con estas señales para que tu ficus no se convierta en un palo seco. Y si ves que las hojas empiezan a caerse, pues ya estás tardando en darle un buen sorbo de agua, que igual está pasando más sed que un camello en una maratón.

Fomenta el crecimiento de hojas en tu ficus

Si tu ficus está más pelado que un rodillo de cocina, es hora de ponerse las pilas para que vuelva a ser ese arbusto frondoso que todos envidian. Primero, la luz es vital; asegúrate de que recibe su dosis diaria pero sin exponerlo a un sol que lo fría. Un lugar luminoso pero sin sol directo es su zona VIP.

Para las raíces, no te pases con el agua. Un riego moderado, cuando la tierra esté seca al tacto, es suficiente. Cuidado con los platos llenos de agua, que no estamos criando mosquitos.

El abono es el empujón que a veces necesitan. Una vez al mes, en temporada de crecimiento, y con un fertilizante específico para plantas verdes o ficus, y verás cómo se pone las pilas.

La temperatura también juega; si tu casa parece el polo norte, olvídate de ver una selva en tu salón. Mantén un clima estable, sin cambios bruscos que le den un susto al pobre.

Y ojo con las corrientes de aire; son sus enemigas número uno, más traicioneras que un personaje de novela negra. Evita colocarlo donde el aire le dé de lleno.

A veces, un cambio de tierra hace milagros. Si hace más tiempo del que recuerdas que no lo trasplantas, igual es hora de darle casa nueva. Una tierra rica y que drene bien será su mejor colchón.

Recuerda que un ficus sano es un ficus contento, así que dale mimos pero sin pasarse. Y si te has pasado con la tijera podando, déjale crecer en paz. Con estos consejillos, tu ficus se convertirá en la envidia del vecindario.

Espero que ahora tengáis claro el misterio detrás de las hojas caídas de vuestro ficus. Cuidad esos pequeños detalles y seguro que vuestro amigo verde se mantendrá espléndido. ¡Gracias por seguir hasta aquí! Si tenéis más dudas, aquí estaré para echaros una mano. ¡Un saludo!

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