A mi suculenta se le caen las hojas: ¿Qué hago?

¿Te has encontrado alguna vez mirando tu suculenta y pensando "pero si parecía tan sencilla de cuidar..."? Tranquilo, no eres el único. Aunque estas plantas gorditas suelen ser de bajo mantenimiento, a veces se ponen un poco tiquismiquis y empiezan a perder hojas como si no hubiera un mañana. Antes de que te eches las manos a la cabeza, vamos a ver qué podemos hacer. No es cuestión de tener o no tener mano con las plantas, sino de entender qué les pasa y cómo solucionarlo. Y no te preocupes, que aunque se te estén cayendo las hojas, no todo está perdido. Con unos pocos ajustes y algo de cariño, tu suculenta puede volver a ser la envidia del vecindario.
Cuidados para suculentas que pierden hojas
Cuando tu suculenta empieza a perder hojas, puede que te entren mil y un pensamientos de preocupación. Pero tranquilo, muchas veces tiene fácil arreglo. Lo primero es detectar la causa del problema. Puede ser desde riego excesivo hasta una plaga que no hayas visto a simple vista.
Observa el sustrato: ¿Está demasiado húmedo? Las suculentas son amigas de la sequedad. Asegúrate de que el sustrato drene bien y de que no estés regando más de la cuenta. Te puedes tomar un respiro entre riego y riego; espera a que la tierra esté seca al tacto.
Revisa la iluminación: A estas plantas les chifla la luz. Si tu suculenta está en un sitio más oscuro que el futuro de una serie cancelada, mal asunto. Busca un lugar donde la luz natural sea la protagonista, pero ojo, que el sol directo del mediodía puede ser demasiado intenso.
Controla las temperaturas: Ni el frío de la sierra en invierno ni el calor del sur en verano. Las suculentas disfrutan de un clima más bien templado. Si tu casa se convierte en una nevera o en un horno, considera cambiar de ubicación a tu planta.
Vigila las plagas: Si notas bichitos rondando o tus plantas tienen un aspecto más bien pocho, podría ser una plaga. Trátalas con productos específicos y elimina las partes afectadas con cuidado.
Cambia el macetero si es necesario: A veces, el contenedor es muy pequeño y las raíces no pueden crecer. Al trasplantar, procura no dañar las raíces y usa un sustrato apropiado para suculentas.
Por último, no te agobies si caen algunas hojas viejas, es el ciclo natural. Preocúpate si la caída es masiva o las hojas jóvenes se despiden antes de tiempo. Con observación y cuidados adecuados, tus suculentas volverán a estar en forma enseguida.
Suculentas y el exceso de agua: Señales a observar
Las suculentas son famosas por su capacidad de almacenar agua y por su resistencia a la sequía. Pero ojo, que no te engañen: También pueden sufrir si se pasan con el riego. Estar al loro de las señales de exceso de agua puede salvar a tu planta de una muerte prematura por pudrición.
Para empezar, fíjate en las hojas. Si las ves hinchadas, más de lo normal, sospecha. La suculenta está absorbiendo más agua de la que puede manejar. A veces, las hojas también pueden ponerse amarillas o traslúcidas, y eso no es buena señal. Otra pista es que la planta se sienta blanda al tacto, como si las hojas perdieran firmeza.
Y no solo las hojas dan señales de alerta, también las raíces. Si ves que tu suculenta se tambalea en la maceta, puede ser que las raíces estén empezando a pudrirse por el exceso de humedad. Si te atreves a desenterrar un poco, y ves que las raíces están marrones y esponjosas, ya va siendo hora de actuar rápido.
La tierra también habla, y si la notas que siempre está húmeda o ves moho en la superficie, es que algo no va bien. Las suculentas necesitan un sustrato que drene de maravilla y que se seque entre riegos.
En caso de ver estas señales, reduce el riego de inmediato. A veces es suficiente con dejar que la tierra se seque completamente antes del próximo riego, pero si la cosa está chunga, quizás tengas que trasplantar tu suculenta a un sustrato nuevo y asegurarte de que la maceta tiene buen drenaje.
Recuerda que cada suculenta es un mundo, y lo que funciona para una puede que no sea la solución para otra. Aprender a leer las señales que da tu planta es clave para asegurar su salud y su belleza.
Las suculentas no piden mucho, pero sí un poco de atención. Observa, actúa cuando sea necesario, y disfrutarás de ellas durante mucho tiempo.
Espero que estos consejillos te sirvan para devolverle la salud a tu suculenta. Recuerda: Menos agua, más luz y ¡vigila el drenaje! Cualquier duda, aquí estoy. ¡Suerte con esas plantas!
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