¿Cada cuánto se riega una planta de marihuana interior?

¿Te has lanzado al mundo del autocultivo y te has pillado unas semillas de marihuana para montarte tu propio jardín indoor? Pues bien, uno de los puntos clave para que tus niñas crezcan sanas y fuertes es dar en el clavo con el riego. No es ninguna ciencia oculta, pero sí que hay que pillarle el truco. Y es que, ni por asomo es lo mismo que regar las macetas de la terraza.
En este rollo del autocultivo indoor, la frecuencia del riego va a depender de un montón de factores: Desde el tamaño de tus plantas y las macetas hasta el tipo de sustrato que uses y el clima que consigas dentro de tu cuarto de cultivo. Pero no te preocupes, que no hace falta que te saques un máster ni nada por el estilo. Aquí vamos a contarte todo lo que necesitas saber para que riegues tus plantas de marihuana como un pro y sin complicarte la existencia.
Y ojo, que pasarse de generoso con el agua es igual de perjudicial que quedarse corto. Así que, si no tienes ganas de lidiar con raíces podridas o plantas resecas, presta atención y aprende a leer lo que tus verdes amigas te piden. Venga, ¡vamos a ello!
Riego en plantas de marihuana: Frecuencia ideal
Cuando hablamos de regar las plantas de marihuana en interior, la clave está en encontrar un balance; ni demasiada agua ni muy poca. La frecuencia de riego depende de varios factores como el tamaño de la planta, la etapa de crecimiento en la que se encuentra, la capacidad de absorción del sustrato y las condiciones ambientales del espacio de cultivo.
Para principiantes, una buena regla general es regar cuando notes que los primeros centímetros del sustrato estén secos al tacto. Esto suele ser cada 2 o 3 días, pero no te aferres a un calendario fijo. Presta atención a tus plantas, ellas te darán pistas sobre sus necesidades. Si ves las hojas caídas y tristes, puede que necesiten un buen trago de agua.
En la fase de crecimiento, las plantas suelen requerir menos agua que en la floración. Durante la floración, las plantas se hacen más grandes y consumen más agua. Sin embargo, ¡ojo! demasiada agua puede provocar el temido encharcamiento, que lleva a problemas como la pudrición de raíces.
Un truco es pesar las macetas después de regar y cuando creas que toca regar de nuevo. Si la maceta está notablemente más ligera, es hora de darle agua. Además, si cultivas en macetas, asegúrate de que tengan buen drenaje para evitar el exceso de humedad.
El tipo de sustrato también es importante. Los sustratos como la fibra de coco retienen más agua que otros, como la perlita o la vermiculita, que drenan rápidamente. Por ello, ajusta tu riego al medio en el que están tus niñas.
Para asegurarte de que el riego es el adecuado, puedes utilizar un medidor de humedad. Estos aparatos te dan una lectura más precisa de la humedad del sustrato y te ayudan a evitar regar de más o de menos.
Recuerda que cada planta es un mundo y que incluso dentro del mismo cultivo, algunas necesitarán más agua que otras. Así que nada de riegos automáticos sin antes echar un ojo y asegurarte de que todas están en su punto.
Saber cuándo regar tu planta
Para acertar cuándo regar tu planta de marihuana en interior tienes que observarla y conocerla, como si fuera un colega de piso. No existe una regla fija porque cada planta, como las personas, tiene sus propias necesidades. Pero tranquilo, te voy a dar unos truquillos para que te conviertas en un crack de la hidratación cannábica.
Primero, fíjate en la tierra. Si está seca al tacto, es hora de regar. Mete el dedo unos centímetros: Si no sientes humedad, tu planta tiene sed. Otro método es levantar la maceta. Con la práctica, notarás la diferencia de peso entre una maceta seca y una húmeda.
La frecuencia de riego depende de varios factores: El tamaño de la planta, la fase en la que está, la temperatura y humedad del cuarto de cultivo, el tamaño y tipo de maceta y el sustrato que uses. Las plantas jóvenes beben menos que las adultas, que tienen un sistema radicular más desarrollado. Y recuerda, en la fase de floración, el consumo de agua aumenta.
No te pases con la cantidad. Más agua no significa más felicidad. Si riegas en exceso, las raíces pueden ahogarse y desarrollar hongos. Y eso no mola nada.
Un buen truco es alternar riegos abundantes con otros más ligeros. Así, la planta absorbe bien los nutrientes y no se estanca el agua en el fondo. Y hablando de nutrientes, si añades fertilizantes, sigue las instrucciones al pie de la letra para no quemar las raíces.
Observa a tu planta y ella te dirá cuándo tiene sed. No hay mejor sensor que tu atención y cuidado diario.
Y nada de regar a lo loco o por rutina, que cada planta es un mundo. Con estos consejillos, seguro que tu marihuana interior estará bien hidratada y feliz.
¿Cuándo dejar de regar las plantas de marihuana?
Controlar el riego de las plantas de marihuana es vital, especialmente cuando se acerca el momento de la cosecha. Dejar de regar tus plantas de marihuana debería estar alineado con el ciclo de vida de la planta y las señales que esta te da. Generalmente, una o dos semanas antes de cosechar es el momento de comenzar a reducir el riego. Es lo que se conoce como el periodo de lavado de raíces, donde se busca que la planta consuma los nutrientes acumulados y mejore la calidad de los cogollos.
Para saber cuándo es el momento preciso, fíjate en el aspecto de las hojas y los tricomas. Cuando las hojas comiencen a amarillear y los tricomas estén en su punto justo de maduración, ahí tienes tu señal. No querrás ahogar tus plantas con agua innecesaria que solo diluirá el sabor y la potencia de tus flores.
Además, evita el riego excesivo durante toda la fase de floración. Un sustrato constantemente húmedo puede provocar problemas de raíces y hongos. Asegúrate de que entre riegos, el sustrato se seque ligeramente, pero sin llegar a deshidratar completamente la planta. Esto estimula a las raíces para que busquen humedad y se desarrollen más fuertes.
Finalmente, ten en cuenta que cada planta puede tener necesidades diferentes. No todas las variedades de marihuana van a querer la misma cantidad de agua ni en los mismos momentos. Afinar tu técnica de riego es un arte que va de la mano con la observación y la experiencia.
Recuerda, el riego es una de las claves del éxito en el cultivo de marihuana. Escucha a tus plantas, ellas te dirán cuándo tienen sed y cuándo prefieren un descanso.
Espero que os haya quedado claro lo del riego de vuestras plantas de marihuana en interior. Recordad, cada planta es un mundo y la atención que le dediquéis hará la diferencia. Por si acaso, no dudéis en consultar más información o preguntar a alguien con experiencia si notáis algo raro. ¡A cuidar esas verdes compañeras! Nos leemos.
Deja una respuesta