Cómo atar los tomates a las cañas

Vaya, parece que tus plantas de tomate están creciendo que es una barbaridad, ¿eh? Bueno, llega un momento en que esas matas van a necesitar un poco de ayuda extra para seguir subiendo sin terminar como un revoltijo en el suelo. Aquí vamos a hablar de una de las técnicas más sencillas pero cruciales para mantener tus tomates felices y productivos: atarlos a las cañas.

No te preocupes, no es nada del otro mundo, pero hay que hacerlo con mimo para no dañar las plantas. Además, si lo haces bien, vas a reducir el riesgo de enfermedades y mejorar la exposición al sol de tus tomates. Así que si no quieres que tus tomateras vivan su particular drama, presta atención y aprende a darles el soporte que merecen. Además, es un buen truco para presumir de huerto con vecinos y amigos. ¡Vamos a ello!

Índice
  1. ¿Cuándo poner tutores a los tomates?
  2. Cómo cultivar tomates de mayor tamaño
  3. ¿Qué pasa si no se Entutoran los tomates?

¿Cuándo poner tutores a los tomates?

A la hora de cultivar tomates, es crucial saber el momento adecuado para colocar tutores. Si esperas demasiado, las plantas pueden haber crecido en exceso, y el proceso de tutorado será más complicado y menos efectivo. La clave está en empezar cuando las plantas son jóvenes y aún manejables. Por lo general, deberías añadir los tutores cuando los tomates alcanzan una altura de 20-30 cm.

Al principio, puede parecer que los tomates se sostienen bien por sí mismos, pero a medida que cargan frutos, el peso puede doblar o romper los tallos. Por eso, antes de que las flores aparezcan, deberías tener todo listo para guiar su crecimiento y evitar que las ramas llenas de tomates toquen el suelo, donde son más susceptibles a enfermedades y plagas.

Si utilizas cañas, asegúrate de que sean lo suficientemente fuertes y altas para soportar tus plantas a pleno rendimiento. Como regla general, el tutor debe ser al menos 1,5 a 2 metros para dar cabida al crecimiento completo de la planta.

Recuerda que el acto de tutorar no es algo que haces una vez y olvidas. Necesitas estar pendiente y atar cada nueva rama que crezca para mantener la planta bien guiada y optimizar la exposición al sol y la ventilación entre las hojas y frutos.

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¡Tus plantas te lo agradecerán con tomates de primera!

Cómo cultivar tomates de mayor tamaño

Si buscas tener tomates grandotes en tu huerto, hay algunas cosillas que debes tener en cuenta. Primero, selecciona variedades de tomate que sean conocidas por su tamaño. Hay algunas que, por genética, ya están predestinadas a ser más grandes, como los Beefsteak o los Marmande. Pero no todo es la semilla, también influyen mucho las condiciones de cultivo.

La nutrición es clave. Los tomates son tragones y necesitan su buen aporte de nutrientes. Un suelo bien abonado con compost o estiércol será tu mejor aliado. Asegúrate de añadir un fertilizante rico en potasio, ese es el secreto para frutos gordos y sabrosos. Pero ojo, no te pases con el nitrógeno que si no te saldrán más hojas que tomates.

El riego tiene que ser regular y adecuado. Ni te pases ni te quedes corto. Los tomates necesitan agua, pero no les va bien tener los pies empapados todo el rato. Un riego por goteo es lo más cómodo y eficiente, así controlas la cantidad de agua y la distribuyes de forma uniforme.

Una técnica que ayuda un montón es el aclareo. Consiste en ir quitando algunos frutos cuando todavía son pequeños para que la planta se centre en engordar los que quedan. Así como pinzar los brotes que salen en la axila de las hojas, conocidos como "hijuelos", para que la energía se vaya toda a los tomates y no a la planta en sí.

La poda también es importante. Si eliminamos hojas estratégicamente, permitimos que la luz y el aire circulen mejor entre los tomates y esto favorece un crecimiento sano y fuerte.

Y, claro, está el entutorado. Atar los tomates a las cañas no solo evita que se rompan bajo el peso de los frutos, sino que también mejora la circulación de aire y reduce la humedad en el follaje, lo que disminuye el riesgo de enfermedades.

Por último, mantén a raya las plagas y enfermedades. Revisa tus plantas a menudo y actúa a la primera señal de problemas. Si las plantas están sanas, tendrán más energías para producir esos tomates que te dejarán con la boca abierta.

Así que ya sabes, si quieres tomates que sean la envidia del vecindario, dale a tus plantas amor, buenos cuidados y sigue estos consejillos. ¡Verás qué cosecha!

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¿Qué pasa si no se Entutoran los tomates?

Cuando los tomates crecen libres, sin el apoyo que les brinda el entutorado, es como si los dejaras a su suerte en un mundo un tanto caótico. Imagínate que los frutos, cada vez más gordos, empiezan a tirar de la planta hacia el suelo. Acaban arrastrándose por la tierra, con todo lo que eso conlleva: humedad, plagas y enfermedades se frotan las manos, o lo que tengan, esperando festín.

Además, la ventilación se resiente. Las hojas y los frutos amontonados no secan bien después de la lluvia o el riego, creando el ambiente perfecto para que los hongos se hagan un hogar allí. Y si hablamos de recoger esos tomates, prepárate para jugar al escondite, porque estarán por todos lados, escondidos entre las hojas y a veces, incluso semi-enterrados.

Y no olvidemos el tema de la luz solar. Los tomates en el suelo no se broncean de manera uniforme. Vamos, que la luz no les llega bien y eso afecta a su desarrollo y sabor. Por no hablar de que al estar en contacto con la tierra, los frutos pueden sufrir podredumbre y otras alegrías similares.

Entonces, ¿por qué entutorar? Simple: Para evitar toda esta serie de eventos desafortunados. Les das estructura, les ayudas a crecer hacia arriba, les facilitas la vida y, por ende, te facilitas la tuya.

El entutorado es como el GPS de los tomates; sin él, se pierden.

Espero que os haya servido de ayuda para mantener esos tomates bien sujetos. Recordad, un buen soporte es clave para una cosecha abundante. ¡Gracias por seguirme! Ah, y no os cortéis en compartir vuestras experiencias o preguntas.

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