Cómo cuidar calas de colores en maceta

A ver, plantar calas de colores en maceta es un juego de niños si sabes cómo hacerlo. Estas bellezas, con sus flores que parecen recién sacadas de un cuadro, pueden ser tus mejores aliadas para darle un toque de elegancia a cualquier rincón. No te preocupes, que aquí te voy a contar todo lo que necesitas para que tus calas luzcan de revista sin necesidad de tener un máster en jardinería.

Primero, que no cunda el pánico con el tema del riego. Las calas son como nosotros en verano: necesitan hidratarse, pero sin pasarse. Lo de tener un drenaje de primera es vital, así que asegúrate de que tu maceta tiene un buen sistema para que el agua no se estanque. Y hablando de luz, a estas flores les mola la claridad, pero el sol directo les puede hacer una jugarreta, así que mejor busca un sitio luminoso sin que les dé todo el día de lleno.

Por último, si quieres que tus calas sean la envidia del vecindario, tienes que hablar de abono. Una vez al mes, dale de comer a tus plantas con un buen fertilizante, y verás cómo te lo agradecen con colores que ni en la paleta de un pintor.

Sigue leyendo y verás que tener un balcón de revista con unas calas espectaculares es más fácil de lo que parece. ¡Manos a la tierra!

Índice
  1. Cuidado de calas en maceta: guía práctica
  2. Mantenimiento fácil de calas de colores
  3. Ubicación ideal para calas de colores

Cuidado de calas en maceta: guía práctica

Para que tus calas luzcan de película y se mantengan sanas, atiende bien estos consejillos. Primero, el tema de la luz: Les encanta la luminosidad, pero ojo, nada de sol directo que les puede hacer pupa. Lo suyo es un sitio bien iluminado pero sin que el sol las achicharre.

Vamos al riego. Las calas son un poco bebedoras, pero sin pasarse. La tierra debe estar húmeda, que no encharcada. Así que nada de ahogarlas, ¿vale? Si notas que la tierra está seca al tacto, dale un buen trago de agua pero sin excesos.

En cuanto al sustrato, les mola uno que drene que da gusto, porque detestan tener los pies mojados más de la cuenta. Un buen truco es mezclar perlita o vermiculita con el sustrato para mejorar la aireación y el drenaje.

Si hablamos de abono, durante su temporada de crecimiento un fertilizante líquido cada dos semanas les viene de perlas. Pero cuando estén en modo descanso, mejor déjalas tranquilas, que no necesitan tanta comida.

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Por cierto, estas bellezas tienen que estar en una maceta con buen drenaje. Nada de encharcamientos, que si no, se nos pudren las raíces y es una penita.

Recuerda también que les gusta la estabilidad; así que si por lo que sea tienes que cambiarlas de sitio, hazlo con mimo y poco a poco para que se acostumbren al nuevo ambiente.

Ah, y si ves que se quedan apretujadas en su maceta, toca trasplantar. Mejor en primavera, que es cuando están más a gusto para mudarse de casa.

No te líes mucho con las plagas y enfermedades; si las mimas como te he contado, no deberían darte guerra. Pero si ves bichitos o manchas raras, actúa rápido con un insecticida o fungicida adecuado.

Y para que no se te olvide nada, aquí va un mini-resumen:

  • Luz indirecta pero abundante.
  • Riega solo cuando la tierra esté seca al tacto.
  • Elige un sustrato que drene de maravilla.
  • Abona cada dos semanas en temporada de crecimiento.
  • Asegúrate de que tu maceta drene bien.
  • Evita los cambios bruscos de ambiente.
  • Trasplanta en primavera si está muy apretada.

Mima tus calas y ellas te lo agradecerán luciendo espléndidas.

Mantenimiento fácil de calas de colores

Las calas de colores, también conocidas como zantedeschias, son unas bellezas que con pocos cuidados te regalarán una explosión de colores en tu terraza o jardín. Aquí te dejo unos consejillos para que tus calas se mantengan espléndidas sin comerte mucho la cabeza.

Para empezar, estas plantas adoran la luz pero no el sol directo del mediodía, así que busca un lugar que reciba luz indirecta. Si vives en una zona con un clima suave, puedes tenerlas al aire libre; si no, mejor dentro de casa en un sitio luminoso.

En cuanto al riego, las calas quieren su tierra húmeda, pero ojo, que no encharcada. Usa la técnica del dedo: si metes el dedo y sientes la tierra húmeda, espera un poco antes de regar. En verano, eso será más a menudo; en invierno, menos.

La temperatura también es importante. Las calas disfrutan de un ambiente cálido, así que intenta que no pasen frío y que la temperatura no baje de los 10°C.

Respecto a la tierra, prefieren una que drene bien para evitar que las raíces se pudran. Un sustrato para plantas de interior con perlita o arena les vendrá de perlas.

No te olvides de abonarlas durante la época de crecimiento. Un fertilizante líquido para plantas con flores cada dos semanas les aportará los nutrientes que necesitan. Pero cuando dejen de florecer, déjalas descansar y reduce la fertilización.

  Ficus se le caen las hojas verdes

Si ves que la planta está apretujada en su maceta, dale un nuevo hogar. El trasplante es mejor hacerlo después de la floración, y aprovecha para dividir los rizomas si quieres más plantas.

Y por supuesto, limpia las flores marchitas y las hojas secas para evitar que se conviertan en casa de plagas y enfermedades. Un corte limpio con una tijera y listo.

Con un poco de mimo y atendiendo a sus necesidades básicas, tus calas de colores te lo agradecerán mostrando su mejor cara. Y tranquilo, no son nada complicadas, solo recuerda que menos es más y observa cómo reaccionan a tus cuidados.

Ubicación ideal para calas de colores

Las calas de colores son un puntazo para darle vida a cualquier rincón. Para que te luzcan bonitas y saludables, ten en cuenta que les mola la luz indirecta. Si las pones a pleno sol, las pobres van a sufrir y eso no queremos. Si tienes un sitio con luz filtrada, como cerca de una ventana con cortina, ahí las tendrás de perlas.

Recuerda que estas bellezas también agradecen un poco de aire fresco, así que si puedes, colócalas donde haya buena ventilación, pero sin corrientes que las castiguen. Nada de ponerlas justo donde pega el aire acondicionado o la calefacción.

En cuanto a la temperatura, las calas no son muy amigas del frío. Así que, si baja de 10°C, mejor mételas dentro. Pero tampoco las ases con calor; si pasa de 24°C, busca un lugar más fresquito.

Y un consejo de oro: Estas plantas son unas divas con la humedad. Les va de maravilla tener la tierra húmeda, pero ojo, que no encharcada. Un truco es poner un platito con agua cerca para que la evaporación les haga el agosto.

Si las vas a tener en maceta, asegúrate de que el tiesto tenga buen drenaje. Que el agua se quede estancada es la receta perfecta para que se pudran, y nadie quiere eso.

Ponlas en un lugar que les haga justicia y verás cómo te agradecen con colores que flipas.

Espero que estos consejos te ayuden a mantener tus calas de colores radiantes y saludables. Recuerda que con un poco de cariño y atención, estas plantas pueden convertirse en la joya de tu colección de macetas. Si surge alguna duda, ya sabes, a la tierra lo que es de la tierra. ¡Gracias por leer! Ah, y que no se te olvide regarlas.

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