Cómo hacer una pérgola casera de hierro

Vale, te has decidido a darle un toque chic a tu terraza o jardín montando una de esas pérgolas de hierro que tanto molan en las revistas. Si te mola el bricolaje y no tienes miedo a mancharte un poco las manos, estás de enhorabuena. Montar una pérgola de hierro no es tan complicado como parece, y aquí vamos a contarte cómo puedes levantar una tú mismo sin despeinarte.
Antes de nada, piensa que una pérgola no es solo un sitio para colgar unas cuantas plantas y ya está. Es un espacio para vivirlo, para que te tapes un poco del solazo del verano o para echar unas risas con los colegas. Así que, toma medidas, escoge un diseño que te mole y prepara la soldadora, que vamos a darle caña al hierro.
Por cierto, no te agobies si no eres un manitas. Con un poco de paciencia y siguiendo los pasos que te vamos a contar, te va a quedar una estructura que ni los de 'La casa de la pradera'. Vamos allá, que ya verás qué guay queda cuando termines.
Cubrir techo de pérgola fácilmente
Para darle el toque final a tu pérgola de hierro casera, el techo es fundamental. Querrás algo que te proteja del sol, pero que no te complique la vida. Aquí van unos trucos para que te quede de lujo sin necesidad de ser un manitas.
Primero, piensa en lonas. Son fáciles de instalar y las encuentras en diferentes colores y resistencias. Solo necesitas fijarlas bien a la estructura y ya tienes un techo que te cubre sin problemas. Además, si te aburres de un color, cambiarlas es un pispás.
Si buscas algo más natural, las cañizos o esterillas de bambú son una opción genial. Dan sombra, pero dejan pasar un poco de aire, y eso se agradece en verano. Lo bueno es que las atas con unas cuerdas y en un momento las tienes puestas.
Otra idea que mola es usar plantas trepadoras. Eso sí, te llevará más tiempo porque las plantas tienen que crecer. Pero imagínate el gustazo de estar debajo de un techo verde y fresquito. Eso sí, tendrás que cuidarlas y podar de vez en cuando.
Y no te olvides del polietileno de alta densidad (HDPE), que es un tejido resistente y que protege del sol. Se vende en rollos y lo colocas tensándolo entre los bordes de la pérgola. Fácil, económico y dura un montón.
Recuerda que lo importante es que disfrutes de tu espacio al aire libre, así que busca la opción que más te convenga y a disfrutar.
Sea cual sea el material que elijas, asegúrate de que esté bien sujeto a la estructura para evitar sorpresas con el viento. Y nada, a disfrutar de tu nueva pérgola con un techo que te proteja y decore a la vez.
Protege tu pérgola de la lluvia eficazmente
Si te has montado una chula pérgola de hierro en tu jardín, seguro que no quieres que la lluvia te chafe los planes de disfrutarla. Para que el agua no sea un problema, hay que currárselo un poco y buscar soluciones que resistan bien a la intemperie y que, a la vez, sean atractivas. Aquí van unos trucos:
- Lo primero es tener un buen techo. Puedes usar placas de policarbonato, que son resistentes y dejan pasar la luz. Además, las hay de varios acabados, así que puedes elegir el que más te mole.
- Otro material que mola es la lona impermeable. La encuentras en un montón de colores y es fácil de instalar. Eso sí, asegúrate de que tenga una inclinación adecuada para que el agua escurra y no se acumule.
- Si quieres algo más natural, las cañizos o el bambú pueden ser una solución. No son 100% impermeables, pero le dan un rollo muy auténtico a tu espacio.
- Hay quien prefiere las láminas metálicas, que dan un toque más moderno y son completamente estancas. Recuerda que deben tener una pendiente para que el agua no se quede estancada.
Recuerda que la estructura de hierro tiene que estar tratada contra el óxido y bien anclada, para que no te lleves un disgusto con el primer vendaval que venga. Y no te olvides de las canalizaciones para que el agua drene bien y no se convierta en tu enemigo.
Una pérgola bien protegida es sinónimo de disfrute durante más tiempo, sin importar si llueve o truena. Así que, invierte en buenos materiales y un montaje de primera, y a gozar de tu rincón al aire libre.
Espero que este paseo por el mundo del hierro y la madera te haya servido para animarte a crear tu propia pérgola casera. Recuerda, la paciencia y la precisión son tus mejores aliados en este proyecto. Si tienes dudas o quieres compartir tu experiencia, aquí estaré. Un saludo y ¡manos a la obra!

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