¿Cuándo se hacen los injertos en árboles frutales?

Imagina tener en tu jardín ese manzano que da las manzanas más dulces que has probado o esa variedad de pera que no encuentras en ninguna tienda. Pues bien, aquí es donde entra el arte milenario del injerto. Si te pica el gusanillo de la curiosidad sobre cómo y cuándo meter mano a tus árboles para conseguir esas variedades que te hacen la boca agua, no busques más.
Los injertos son como los crossovers más épicos de la naturaleza, donde unes lo mejor de dos mundos para obtener algo aún mejor. Pero ojo, no es llegar y besar el santo. Hay que pillar el momento perfecto, ese punto en el que la savia fluye con ganas y las yemas están a punto de despertar del letargo invernal. ¿En pleno estío? Ni se te ocurra. ¿Con el frío que pela? Tampoco es plan.
No te preocupes, que no te voy a dejar con la intriga. En las próximas líneas te cuento todo sobre el timing ideal para que tus injertos sean un éxito y no una movida más de fin de semana. Porque, aunque no lo parezca, hay una ciencia detrás de este arte y te voy a dar todas las claves para que te conviertas en un auténtico maestro injertador.
Mejor época para injertar árboles frutales
Si estás pensando en dar un empujoncito a tus árboles frutales con un injerto, lo primero es elegir el momento adecuado. Aunque pueda parecer que cualquier día es bueno, lo cierto es que el éxito de esta técnica depende mucho de la época del año. Por lo general, el final del invierno y el principio de la primavera son los momentos estrella para esta tarea, justo cuando la savia empieza a fluir y los árboles se despiertan de su letargo invernal.
Para ser más específicos, hablamos de hacer injertos cuando las yemas de los árboles estén hinchadas pero todavía no hayan brotado. Esto suele ocurrir entre finales de febrero y principios de abril, aunque claro, depende un montón del clima de tu zona. Si vives en un lugar con un invierno más suave, igual puedes empezar un poco antes. Si por el contrario, el frío se agarra con uñas y dientes a los termómetros, pues entonces toca esperar un poquito más.
En el caso de los injertos de yema, también conocidos como bud grafting, hay una segunda ventana en el año, que es a finales del verano, entre agosto y septiembre. Aquí la clave es que las yemas estén maduras, y eso suele coincidir con el periodo en que los frutos están casi listos para decir "¡cómeme!". Pero ojo, que el calor no sea excesivo, no queremos que la planta sufra estrés.
Y no olvides que cada árbol es un mundo, por lo que es fundamental conocer bien la especie que quieres injertar. Algunos son más tolerantes con el frío, otros necesitan más calor... Así que, informarse bien sobre las particularidades de cada tipo de árbol frutal es crucial antes de meterte en faena.
Recuerda que el estado de la planta es tan importante como la fecha en el calendario. Un árbol sano y vigoroso va a ser mucho más receptivo a un injerto. Por eso, asegúrate de que tus futuros socios de injerto estén en buena forma, y no te lances a injertar si ves que el árbol no está al 100%.
El injerto es un arte, pero también una ciencia. Elegir el momento adecuado es solo el primer paso para crear nuevas maravillas frutales en tu jardín.
Mejor fase lunar para injertar frutales
Si te pones a charlar con los más veteranos del lugar, te dirán que no hay que tomárselo a broma eso de mirar al cielo antes de injertar. Y es que la luna influye en los flujos de savia y la actividad vegetativa de las plantas. Así que, si buscas el momento óptimo, apunta: La fase lunar ideal para realizar injertos en tus frutales es durante el cuarto creciente. ¿Por qué? En esta fase, la savia sube con más fuerza y facilita una mejor unión del injerto.
Aprovecha esos días antes de que la luna se ponga llena, cuando la energía está en las partes aéreas de las plantas. Es el momento de darle caña a los injertos de yema o de púa, ya que la mayor actividad favorece la cicatrización y el prendimiento.
- Observa la luna y espera al cuarto creciente.
- Prepara tus herramientas e injerta cuando la savia esté en su punto.
- No te despistes, esos días son un chollo para que el injerto arranque bien.
Y recuerda, aunque cada árbol tiene su carácter, esta regla lunar suele ser buena para la mayoría. Así que, ya sabes, ojea el calendario lunar, que no se te pase la fecha y a injertar se ha dicho. No hay mejor consejo que el que te da la naturaleza misma, con un poquito de atención, tus frutales te lo agradecerán con creces.
Espero que este paseo por el mundo de los injertos te haya servido para dar tus primeros pasos o perfeccionar tu técnica. Si te ha picado el gusanillo y tienes más dudas, ya sabes, ¡manos a la tierra! Gracias por leer, un saludo y buena suerte con tus árboles frutales.

Deja una respuesta