¿Cuántos litros de agua necesita un olivo por goteo?

¿Tienes un olivo y estás dándole vueltas a cuánta agua necesita? Tranqui, que no es un jeroglífico. Vamos a ver, los olivos son duros como ellos solos, pero no por eso vamos a pasar de regarlos, ¿vale? El riego por goteo es un puntazo para estos árboles, les va de lujo porque les das el agua que necesitan sin ahogarlos. Pero ojo, no vale eso de 'a ojo', hay que pillarle el tranquillo a cuánta agua echarle y con qué frecuencia, que depende de un montón de cosas como el clima, la época del año o el tamaño del árbol. En este texto vamos a desentrañar este misterio para que tu olivo esté más feliz que una perdiz.

Índice
  1. ¿Cuánto hay que regar un olivo?
  2. Riego del olivo: Frecuencia y consejos
  3. Riego óptimo para olivos jóvenes

¿Cuánto hay que regar un olivo?

Regar un olivo no es nada del otro mundo, pero sí que tiene su aquel. Vamos a ver, estos árboles son más duros que el pedernal y aguantan la sequía que da gusto, pero si quieres que tu olivo esté sanote y te dé una cosecha de aceitunas para tirar cohetes, tienes que darle de beber con cabeza.

Primero, piensa en el clima y el terreno. Si estás en una zona más bien seca y tu suelo es de los que se beben el agua en un santiamén, tu olivo necesitará un mimo extra. Pero si tu tierra es de las que guarda la humedad como un tesoro, entonces ojo, que puedes ahogar al pobre.

Así a ojo de buen cubero, un olivo adulto se lleva entre 10 y 20 litros de agua al día en verano si está pasando mucha sed. Pero no es plan de regar a lo loco, que no estamos para desperdiciar agua. Con el riego por goteo, controlas el agua que le das y, además, te ahorras un buen pico en la factura.

La cosa cambia si hablamos de un olivo joven, que es más delicado. Estos pequeñajos necesitarán algo así como 2 o 3 litros cada pocos días durante su primer verano en tu jardín o campo.

Eso sí, en invierno la cosa cambia y hasta puede que no haga falta regar si llueve lo suyo. Pero si ves que el cielo se pone tacaño con la lluvia, dale a tu olivo un poquito de agua, que no se quede seco.

Lo importante es que no te pases ni te quedes corto, que el olivo ni quiere nadar ni quiere pasar sed. Un buen truco es mirar la tierra: si está seca a unos centímetros de profundidad, pues toca regar. Y si está empapada, déjalo estar, no vaya a ser que te cargues las raíces.

Recuerda que un olivo es una inversión a largo plazo, así que cuidarlo bien desde el principio te asegurará años de buenos frutos y un árbol majestuoso en tu terreno.

Riego del olivo: Frecuencia y consejos

Para que tu olivo crezca sano y te dé las mejores aceitunas, hay que tener en cuenta el riego. La frecuencia dependerá mucho de la etapa de desarrollo en la que se encuentre la planta y de las condiciones climáticas. No es lo mismo un olivo joven que uno centenario, ni uno que esté en Sevilla que otro en Soria.

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En general, un olivo adulto y bien asentado no necesita riegos muy frecuentes gracias a su capacidad de resistir la sequía. Sin embargo, si tienes un olivo joven o recién plantado, riega más a menudo para asegurar el establecimiento de las raíces.

  • En verano, con el calor apretando, podrías regar un olivo joven cada 7-10 días, asegurándote de que el agua penetra bien en el suelo.
  • En invierno, la frecuencia de riego se reduce considerablemente, pudiendo llegar a ser suficiente una vez al mes, siempre que no haya lluvias que suplan esa necesidad.

Los olivos adultos pueden pasar con mucho menos, incluso sin riego adicional si la lluvia es regular. Pero si vives en una zona más seca, considera regarlos cada 15-20 días en épocas de calor fuerte.

Respecto a la cantidad, la pregunta del millón, ¿verdad? Depende de tantos factores: La edad del olivo, el tipo de suelo, el clima... Pero para darte una guía, un olivo adulto podría necesitar unos 50-100 litros de agua por sesión de riego en verano. Eso sí, mejor pecar de menos que de más, porque el exceso de agua puede ser fatal.

Un consejo clave: observa el olivo y el suelo. Si ves que las hojas empiezan a caerse o a ponerse amarillas, ¡ojo! Puede que te estés pasando con el agua. Y si el suelo está siempre húmedo, dale un respiro. La clave está en el equilibrio.

No olvides el drenaje, fundamental para que el agua no se encharque alrededor de las raíces. Y si estás usando un sistema de riego por goteo, asegúrate de que está bien calibrado y que realmente proporciona la cantidad de agua adecuada donde el olivo lo necesita.

Recuerda que cada olivo es un mundo y que la mejor herramienta es tu propia observación y adaptación a las necesidades específicas de tu árbol.

Riego óptimo para olivos jóvenes

Para los olivos jóvenes, el riego es una parte crucial. Estos pequeñines aún están desarrollando su sistema de raíces y necesitan una mano para establecerse bien. Así que, ¿qué hay que tener en cuenta? Vamos a ello.

Primero, la frecuencia. Un olivo joven necesita agua de forma regular, pero sin pasarnos. Hay que evitar el encharcamiento porque, aunque parezca que les damos un balneario, a la larga les hacemos un lío con hongos y enfermedades. Un riego semanal suele ser suficiente, ajustándolo según lo que marque el termómetro y lo que nos diga la tierra.

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Ahora, el tema cantidad. La regla de oro es que un olivo joven puede necesitar entre 10 a 20 litros por semana en su primer año. Pero esto no está grabado en piedra, depende de varios factores: El tipo de suelo, el clima, la época del año, y cómo esté de desarraigado el arbolito.

El método de riego también es importante. El riego por goteo es el colega ideal para nuestros olivos. Les da el agua poco a poco, directo a las raíces y sin malgastar ni una gota. Y si puedes, instala un sistema de riego automático con un programador, para que el riego sea lo más regular posible.

No olvides el mulching o acolchado alrededor del árbol. Puedes usar paja, corteza o compost, lo que haga feliz a tu olivo y conserve la humedad del suelo.

Siempre ten en cuenta las señales que te da tu olivo. Si las hojas se ponen amarillentas o las nuevas se retuercen, quizás es que nos estamos pasando de riego. Y si las hojas se arrugan o se caen, tal vez es que nos hemos quedado cortos.

En fin, cada árbol es un mundo, y lo que funciona para uno, puede que no sea la receta mágica para otro. Así que, observa, ajusta y trata a tus olivos jóvenes con el mimo que merecen. Así, cuando crezcan, te lo agradecerán con creces.

Espero que esta info te sirva para mantener tu olivo feliz y bien regado. Recuerda, cada árbol es un mundo, así que mantén un ojo en el tuyo y ajusta el riego según veas necesario.

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