¿En qué fecha se podan las parras?

Si tienes una vid en el jardín o en el huerto, seguro que te estás preguntando cuál es el mejor momento para meterle mano con las tijeras. Pues bien, la poda no es un asunto que se tome a la ligera; es un arte y una ciencia que puede marcar la diferencia en la salud y la producción de tus uvas. Las parras se benefician enormemente de una buena poda, pero ojo, hay que hacerlo en su momento. Normalmente, este momento es en invierno, cuando la planta está durmiendo y no corre savia por sus venas. Aunque, como en todo, hay matices y excepciones que dependen de la región y del clima. Si no quieres que tu parra sufra un corte en el tiempo equivocado, sigue leyendo y entérate de cuándo es el momento ideal para podar y cómo hacerlo para sacarle el máximo partido a tu vid.
Mejor momento para podar parras
Cuando te pones a pensar en podar tus parras, ten en cuenta que el tiempo es clave. No es solo cuestión de cortar por cortar, sino de hacerlo en el momento justo para que tus plantas se pongan las pilas y te den uvas de primera. Vamos a ello, que seguro estás deseando saber cuándo meterle mano a esas parras.
La regla de oro es podar en invierno, cuando la parra está durmiendo la siesta invernal. Hablamos de cuando ha perdido las hojas y parece que no tiene vida, que suele ser entre diciembre y febrero. Ese es el momento de oro porque la savia está más tranquila y no corre como loca, lo que significa menos estrés para la planta y menos riesgo de que se desangre por los cortes. Además, así le das tiempo para que se recupere y se prepare para la primavera con toda la energía.
Si te pasas de la raya y podas en primavera u otoño, te puedes encontrar con un chorreo de savia que ni te cuento. Y no, no es lo que quieres. Eso debilita a la planta y, además, es un despilfarro de energía que debería ir a los frutos y no a reparar heridas.
Ahora, si te encuentras en una zona donde el invierno es más bien un chiste y las heladas son raras, entonces puedes ajustar los tiempos. En esos lugares, el margen se amplía y puedes podar hasta entrado marzo. Pero, ojo al dato, siempre antes de que la parra se despierte y empiece a brotar.
Y si por algún casual tienes que hacer una podía de formación o una corrección, no te cortes y hazlo en verano. Es lo que llamamos podía en verde, que se hace para guiar el crecimiento de la parra o para quitar brotes que no pintan nada.
Recuerda que cada corte es una herida, así que hazlo con mimo y utiliza herramientas afiladas y limpias para evitar infecciones. Y si te da por aplicar algún producto para cicatrizar, que sea con cabeza y solo si es realmente necesario.
Por cierto, no te olvides de la importancia de desinfectar tus herramientas entre planta y planta, que no queremos propagar enfermedades. Un poco de alcohol o una solución de lejía y agua te valdrá para dejar tus tijeras como los chorros del oro.
Así que ya sabes, respeta los tiempos, mima tus parras y a disfrutar de la vendimia. ¡Que no hay nada como un buen racimo de uvas criado en casa!
poda de la vid: número ideal de yemas
Cuando hablamos de poda en la vid, tocar el tema de las yemas es esencial. No hay un número mágico, pero sí una guía que te puede servir. Antes de nada, piensa en qué buscas: ¿más cantidad o mejor calidad? Según eso, ajustarás la cantidad de yemas que dejes.
En general, para vinos de calidad, se tiende a dejar menos yemas, porque así las que quedan reciben más nutrientes y dan uvas más concentradas. Pero ojo, que no es tan simple como cortar y ya. Cada variedad de uva y cada planta puede tener sus particularidades.
Para una vid joven, con ganas de crecer, puedes dejar más yemas, quizás entre 8 y 12, porque todavía está en su fase de desarrollo y queremos que se haga fuerte. Para una planta más vieja, con los años ya encima, el rango podría estar entre 6 y 10 yemas por vara, dependiendo de su vigor y la producción del año anterior.
Lo que también cuenta es la posición de las yemas. Las yemas más cercanas a la base de la vara suelen ser menos productivas, así que las primeras dos o tres no las cuentes mucho. A esto le sumamos que el clima y el suelo también influyen. Si tu terreno es fértil y el clima acompaña, las viñas se pueden permitir más yemas porque hay chicha para todas.
Recuerda que la poda es un arte y cada corte que haces es una decisión sobre el futuro de la planta. No te olvides de observar bien tu vid, entender su ritmo y adaptarte a lo que te pida. Y si un año no aciertas con el número de yemas, nada de dramas, que la vid es sabia y al año siguiente te da una nueva oportunidad para aprender y mejorar.
Mejor luna para podar vides
Cuando hablamos de podar vides, hay un detalle que no podemos pasar por alto: La fase de la luna. Aunque pueda parecer una cuestión de almanaque viejo, la luna influye en muchos procesos naturales y la sabiduría popular mantiene que también afecta a las plantas. Así que si te apetece seguir estos consejos lunares, aquí te cuento lo que necesitas saber.
Para la poda de vides, la luna menguante es tu aliada. Durante esta fase, la savia se concentra más en las raíces y hay menos riesgo de que la planta sangre o sufra con los cortes. Además, las heridas cicatrizan mejor y más rápido, reduciendo el riesgo de enfermedades. Por otro lado, si podas en luna creciente, la savia sube y la planta está más propensa a perder más líquido por los cortes, lo que podría debilitarla.
Y no es solo cosa de la luna menguante en general. Si puedes, intenta hacer la poda cuando la luna esté en cuarto menguante, es decir, justo antes de la nueva luna. Es un momento óptimo porque la planta está en una fase de reposo más intensa, lo que minimiza el impacto del proceso de poda.
Fíjate bien en el calendario lunar y planea tu poda para esos días. Ten en cuenta que la poda se hace en invierno, cuando la vid está dormida y sin hojas, pero siempre intentando evitar los días de heladas fuertes que pueden dañar los cortes recientes.
Por si te lo estás preguntando, no, no es magia, es simplemente seguir el ritmo de la naturaleza. Puede que algunos digan que es cosa de viejos cuentos, pero si llevamos siglos observando y aprendiendo de la luna, ¿por qué no darle una oportunidad?
Recuerda, podar en luna menguante y a ser posible en cuarto menguante para que tus vides se recuperen mejor y estén listas para dar lo mejor de sí en la próxima temporada.
Espero que este repaso te haya servido para pillar el mejor momento para podar tus parras. Recuerda, el cuidado que les dediques se verá reflejado en la calidad de tus uvas y vinos. ¡Mucho ánimo con la poda! Nos leemos pronto.
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