Flores que se abren de día y cierran de noche

Imagina que tus plantas tuvieran un reloj interno, que les dijera cuándo es el momento de despertar y cuándo de descansar. Bueno, pues no hace falta que lo imagines, porque esto es justamente lo que hacen algunas especies florales. Estas flores tienen un ritmo circadiano tan marcado como el nuestro, y se abren con los primeros rayos del sol para luego cerrarse cuando cae la noche. En este artículo, vamos a explorar este fascinante comportamiento y a conocer algunas de las flores que siguen este ciclo. Te vas a sorprender con la variabilidad y adaptabilidad de estas especies que, además de brindarnos su belleza, nos recuerdan lo sincronizada que está la naturaleza con los ritmos del día y la noche.

¿Qué flores se abren de día y se cierran de noche?

Hay un montón de flores que tienen un horario más marcado que el de algunos de nosotros. Se levantan con el sol y se retiran al caer la noche. Es un espectáculo ver cómo estas plantas sincronizan sus rutinas con los ciclos del día y de la noche. Este fenómeno se llama nyctinastia y es más común de lo que crees.

Un ejemplo que seguro te suena son las margaritas. Se abren con las primeras luces del día para captar toda esa energía solar que necesitan y se cierran cuando el sol se pone. Pero no es la única, hay otras flores como el girasol que además de abrirse y cerrarse, giran siguiendo al sol durante el día, es lo que se llama heliotropismo. Y qué me dices del altramuz, esa planta que también se cierra por las noches.

Otras florecillas que siguen este patrón son las gazanias, que lucen sus colores vibrantes cuando hay luz y se recogen cuando todo se oscurece. Y no nos podemos olvidar de la caléndula, una planta que no solo sigue el sol sino que se usa mucho en jardinería por su resistencia y por las propiedades que tiene.

Esta adaptación no es solo para lucirse, tiene su razón de ser. Muchas de estas plantas buscan protegerse de la humedad nocturna o atraer a los polinizadores que están activos durante el día. Así que la próxima vez que veas una flor cerrada por la noche, ya sabes que no es que tenga sueño, sino que está siguiendo su propio reloj biológico.

Si te fijas, las plantas tienen mucho que enseñarnos sobre adaptarse a los ritmos de la naturaleza. Con solo observarlas, aprendemos un montón sobre los ciclos de la vida y cómo aprovechar al máximo las horas de luz. Así que ya sabes, si estás pensando en plantar alguna de estas maravillas que siguen el sol, asegúrate de que tengan un buen espacio para disfrutar del día y que puedan resguardarse cuando toque cerrar sus pétalos.

¿Cómo se llaman las flores que se abren de día y se cierran de noche?

Si te has fijado, hay flores que tienen un ritmo muy particular, como si llevaran su propio reloj interno. Se abren con los primeros rayos del sol y se cierran cuando cae la noche. A este fenómeno se le llama nictinastia. Y oye, las plantas que hacen esto son más listas de lo que parece, ya que protegen su polen y se resguardan de las bajas temperaturas nocturnas.

Un ejemplo clásico de estas maravillas naturales son las gazanias, que con sus colores vibrantes alegran cualquier jardín cuando el sol está arriba. Otra que seguro te suena son las caléndulas, que además de seguir el sol tienen propiedades medicinales. Y no nos olvidemos del tulipán, elegante y sencillo, que cierra sus pétalos al atardecer.

Si te encantan estas danzas florales, no pases por alto a las don diegos de noche, que a pesar de su nombre, abren por la mañana y echan el cierre cuando se pone el sol. También están las portulacas, pequeñas y resistentes, perfectas para los que empiezan en el mundo de la jardinería.

Y para los que buscan algo más exótico, las flores de loto siguen también este patrón, abriéndose con la luz del día y cerrándose al atardecer, como si meditaran con el ciclo del sol.

Así que ya ves, la naturaleza no deja de sorprendernos con su inteligencia y belleza. Las plantas no solo decoran, sino que siguen ritmos que a veces se nos pasan por alto. Y aún hay muchas más esperando a ser descubiertas por aquellos que se toman un momento para observar.

Mil gracias por acompañarme en este viaje al mundo de las flores que juegan al escondite con el sol. Espero que hayáis disfrutado descubriendo estos seres vivos tan fascinantes y que la próxima vez que veáis una maravilla cerrándose al atardecer, recordéis la magia de la naturaleza que nos rodea. Cuidaos mucho y seguid plantando belleza en vuestros jardines y balcones. ¡Nos leemos pronto!