¿La piel de la patata es tóxica?

Seguro que alguna vez, pelando patatas para la cena, te has preguntado si realmente era necesario quitarles la piel. Pues bien, hay ciertos mitos y verdades alrededor de este tema que vale la pena explorar. La piel de la patata no solo es una fuente rica en nutrientes, sino que también esconde algunas sorpresas que deberías conocer antes de decidir si la dejas en tu plato o no. En este artículo, vamos a desenterrar la verdad sobre si esta capa exterior de nuestras queridas patatas podría ser perjudicial para nuestra salud o si estamos desaprovechando una parte valiosa del tubérculo. Así que, si siempre has sido de los que prefieren la patata en su versión más "natural", este texto te interesa. Y si eres de los que no puede ver ni en pintura la piel, igual te llevas una sorpresa. ¡Vamos a ello!

Índice
  1. Comer piel de patata: beneficios y riesgos
  2. Partes tóxicas de la patata

Comer piel de patata: beneficios y riesgos

Cuando te zampas unas patatas, quizás te preguntes si deberías pelarlas o no. La piel contiene nutrientes como vitaminas B, vitamina C, hierro, calcio y potasio, además de ser rica en fibra. No solo eso, sino que también aporta antioxidantes, que son esenciales para combatir a esos malotes, los radicales libres, que causan daño celular.

Pero no todo es un camino de rosas, la piel de la patata también puede guardar sustancias tóxicas como la solanina, especialmente si la patata está verde o ha estado expuesta al sol. No te preocupes, que en cantidades normales y con patatas bien almacenadas, el riesgo es más bien bajito.

Aquí te dejo un listadillo de lo que hay que tener en cuenta:

  • Lava bien las patatas para eliminar cualquier rastro de tierra o pesticidas, que ya sabes que no son buena compañía.
  • Si ves partes verdes o brotes, mejor quítalos, porque ahí la solanina está al acecho.
  • La forma de cocinarlas también juega, asadas o cocidas con piel pueden ser una opción mejor que fritas a tope de aceite.

Ah, y si tienes problemas de riñón, ojo con el potasio de las pieles, que no es amigo de tus riñones si te pasas. Y si por un casual eres celíaco o celíaca, que sepas que la piel de la patata no contiene gluten, así que puedes ir a por ella.

La clave está en el equilibrio y en el sentido común, como en casi todo en esta vida.

Si vas a por patatas de calidad, las guardas bien y las preparas con cariño, aprovechar la piel puede ser un plus para tu alimentación. Pero ya sabes, si alguna no tiene buena pinta, mejor pelarla que curarse en salud.

Partes tóxicas de la patata

Lo primero que tienes que saber es que no toda la patata es un festín. Hay partes que mejor te las dejas. A ver, la piel, que seguro que es lo que te ronda la cabeza, no es tóxica de por sí, pero hay un par de peros. Si la ves verde o con brotes, eso es señal de que se ha acumulado solanina, una sustancia que no te va a sentar nada bien.

Los brotes, junto a las partes verdes de la piel y la carne que los rodea, tienen suficiente solanina como para darte un buen susto si te pasas comiendo. Por eso, si ves esos puntos verdes o esos brotes que parecen los cuernos de un demonio, quítalos sin piedad. Y si la patata está más verde que Hulk, mejor deshazte de ella.

La solanina es un alcaloide que la patata produce para defenderse de bichos y hongos, pero que a nosotros nos puede dar náuseas, dolor de cabeza o problemas digestivos si nos pasamos. Así que, ojo con eso.

En cuanto a la piel, si la patata está sana y sin señales de haberse pasado de madura, la piel es comestible y hasta recomendable por su contenido en fibra y nutrientes. Eso sí, dale una buena limpieza antes de cocinarla, que la tierra y los restos de pesticidas tampoco son un manjar.

Y no te olvides de que las patatas deben guardarse en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado para evitar que la solanina entre en escena. Así que nada de dejarlas al sol o en una bolsa cerrada que parece un invernadero.

Espero que ahora tengáis más claro si la piel de la patata os puede dar algún susto o si podéis comerla sin miedo. Gracias por seguir aquí y ya sabéis, ¡a comer sano y con conocimiento! ¡Un saludo!

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