¿Por qué se abren los tomates en la mata?

Imagina que te has currado un huerto de tomates que es la envidia del vecindario. Pero un día, echas un ojo y zas, encuentras tus tomates rajados, como si alguien les hubiera jugado una mala pasada. No te rayes, que esto es más normal de lo que crees y tiene su explicación. Primero, piensa en el riego. Unas veces te pasas, otras no llegas; el tema es que los cambios bruscos en el agua hacen que el tomate no sepa si hincharse o secarse. Y claro, la piel no aguanta y ¡pum! se abre.

Otro punto clave es la temperatura. Si el calor aprieta y luego viene fresquete, el tomate no entiende nada y su piel se resiente. Y ojo, que la variedad del tomate también influye. Hay algunos que son más propensos a abrirse que un libro de chismes. Pero no te desanimes, que para todo hay trucos y soluciones. Sigue leyendo y descubre cómo puedes evitar que tus tomates se conviertan en una escena de crimen.

Índice
  1. ¿Qué hacer para que no se rajen los tomates?
  2. Agrietamiento de tomates: Causas comunes

¿Qué hacer para que no se rajen los tomates?

Para evitar que tus tomates se conviertan en una red de grietas, hay que tener en cuenta un par de cosas que son clave. Primero, la hidratación es fundamental. Un riego constante y equilibrado impide que la piel del tomate, que es bastante sensible, se rompa al absorber agua de golpe después de un período de sequía. Así que, recuerda, ni mucho ni poco: Lo justo.

Otro punto a considerar es el calcio. Si, como lo oyes, este mineral es vital para que tus tomates mantengan la integridad de su piel y su estructura interna. Asegúrate de que tu tierra tenga suficiente calcio y, si no, no te cortes en añadir un suplemento de este mineral.

  • Mantén un riego regular y ajusta las cantidades según las necesidades de la planta y las condiciones climáticas.
  • Evita que la tierra se seque completamente entre riegos, pero tampoco la encharques.
  • Utiliza mulch o acolchado para mantener la humedad del suelo, evitando así los cambios bruscos que no le sientan nada bien a los tomates.
  • Si te das cuenta de que tu suelo está falto de calcio, no dudes en usar enmiendas como cáscaras de huevo trituradas o añadir un fertilizante específico rico en este mineral.
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Por último, que no menos importante, la elección de la variedad de tomate también juega un papel crucial. Algunas son más propensas a rajarse que otras, así que investiga un poco y elige variedades resistentes a la rajadura. Y recuerda, cada variedad tiene su encanto y sus secretos, así que disfruta descubriéndolos.

Y si alguna vez se te raja alguno, no pasa nada, a veces son los más sabrosos.

Agrietamiento de tomates: Causas comunes

Cuando los tomates se abren en la mata, es una señal clara de que algo está alterando su equilibrio de crecimiento. Esto suele estar vinculado con el riego. Imagínate que los tomates son como esponjas, si les das mucha agua de golpe después de un tiempo seco, la piel no aguanta y se raja. Para ser más claro, si después de un periodo sin apenas agua, riegas a tope, los tomates absorben agua más rápido de lo que la piel puede estirarse. Y ¡pum!, se agrietan.

Otra causa común es un cambio brusco de temperaturas. Si de repente hace un calorazo después de días frescos, o al revés, los tomates pueden agrietarse. La piel del tomate es sensible a los cambios y si el interior crece rápido por el calor, mientras la piel sigue ajustándose a temperaturas más bajas, pues se produce el agrietamiento.

Aquí tienes un par de factores más que influyen en que los tomates se resquebrajen:

  • Variabilidad genética: Hay variedades de tomate que son más propensas al agrietamiento que otras. Si te pasa mucho, igual es hora de cambiar de semillas.
  • Falta de calcio: Un suelo pobre en calcio puede hacer que la piel del tomate sea más débil y, por tanto, más susceptible a rajarse.

Y oye, aunque no se vean tan bonitos, los tomates agrietados siguen siendo igual de comestibles. Eso sí, úsalos pronto porque se pueden estropear más rápido. Y si quieres evitar este problema, regula el riego para que sea más constante y acolcha la tierra para mantener la humedad. Así, tus tomates podrán crecer sin sobresaltos y tú estarás más tranquilo.

Espero que os haya servido para entender mejor esos tomates rajados y cómo evitarlo. Gracias por seguir ahí, aprendiendo sobre el maravilloso mundo de las plantas. ¡Seguimos en contacto!

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